martes, 24 de julio de 2012

CUANDO LOS NIÑOS APRENDEN.



CUANDO LOS NIÑOS APRENDEN.

Cuando los niños aprenden que la felicidad no se encuentra en lo que una persona tiene, sino en lo que esa persona es.

Cuando aprenden que dar  y perdonar es más gratificante que quitar y vengarse.

Cuando aprenden que el sufrimiento no se mitiga con auto-compasión, sino que se supera con determinación interior y fuerza espiritual.

Cuando aprenden que no pueden controlar al mundo a su alrededor, pero que son los maestros de sus propias almas.

Cuando aprenden que las relaciones mejoran si valoran más la amistad que el ego, el compromiso que el orgullo, escuchar que aconsejar.

Cuando aprenden a no odiar a una persona cuya diferencia temen, sino a temer ese tipo de odio.

Cuando aprenden que hay placer en la fuerza de motivar a otros, no en la falsa fuerza de humillar.

Cuando aprenden que el elogio de otros es halagador pero sin sentido si no se conjuga con el respeto a sí mismo.

Cuando aprenden que el valor de una vida se mide mejor no por los años dedicados a acumular posesiones sino por los momentos dedicados a dar de sí mismo, compartiendo sabiduría, inspirando esperanza, secando lágrimas y conmoviendo corazones.

Cuando aprenden que la belleza de una persona  no se ve con los ojos sino con el corazón; y que aunque el tiempo y las penurias pueden destruir nuestra coraza exterior, nos pueden mejorar el carácter y la perspectiva. 

Cuando aprenden a abstenerse de juzgar, sabiendo que todas las personas están dotadas de cualidades y defectos, y que la aparición de unas u otros depende de la ayuda ofrecida o el daño infligido por otros.

Cuando aprenden que a todas las personas se les ha dado el don de tener un yo único, y que el propósito de la vida es compartir lo mejor de ese don con el mundo. 

Cuando los niños aprenden estos ideales y cómo practicarlos en el arte del buen vivir, ya no son niños... son una bendición para quienes los conozcan, y valiosos modelos para todo el mundo.

Gracias Miranda
Extraído de: Laberinto de Luz
Ángel e Isabel

jueves, 19 de julio de 2012

Walt Disney


Hoy nuestro hijo ha disfrutado muchísimo con estos dibujos que han puesto en la tele, ha llenado la casa con sus risas. No entendemos por qué no los ponen más a menudo...

Mickey y la foca

Mickey visita el zoológico y una foca lo sigue a su casa, después Pluto y Mickey regresan pero cuando llegan a su casa encuentra su baño lleno de focas...






La Casa de Mickey Mouse - El Hipo de Donald






La Casa de Mickey Mouse - La Pelota de Pluto






El Pato Donald - Picnic en la playa






JORGE EL CURIOSO





La Casa de Mickey Mouse -
El concierto de la Super banda de Mickey






Esperamos que os gusten tanto como a nosotros...
Un abrazo
Ángel e Isabel

miércoles, 11 de julio de 2012

Somos mucho más que lo que nos dijeron que eramos.




SOMOS MUCHO MAS QUE LO QUE NOS DIJERON QUE ERAMOS.

Desde chicos nos educan para “ser alguien en la vida”. 
Nos ponen a pensar en logros, títulos, premios, dinero, fama. Nadie nos dice nada sobre ser felices.
Jamás nadie nos dice que lo más importante es saber quiénes somos. 
Y claro: si nadie nos enseña a reconocer quiénes somos realmente, se cae de maduro que antes o después vamos a sufrir por esa ignorancia.
Los grandes maestros en inteligencia emocional, Osho, Yogananda, Ramana Maharshi, Amma, Krishnamurti, la teosofía, Sai Baba, hablan de la trascendencia del septenio.
Septenio, es decir, siete años.
Dicen que tus primeros siete años, tiendes a repetirlos toda la vida. Osho es el más duro, dice que en la concepción, desde la panza, ya se maneja el amor incondicional con que fuiste convocado a este plano vital, según la forma en que fuiste buscado.
Sai Baba por su parte dice que en los primeros tres años se va moldeando la visión que tengas del mundo según lo que te enchufaron en tu casa, que era el mundo. 
“En tu casa” tiene que entenderse básicamente por los padres. Dicho más cruel, o más liberadoramente, el primer septenio es, en esencia, tu madre.
La madre es quien te tuvo, quien te parió, quien te dio la teta y a través de ella te comunicó su sensación, su percepción del mundo.
Krishnamurti dice que hay personas que desde el primer momento son criadas con miedo, con ira, con mucha falta de amor, “Ojo, hijo mamá te va a proteger de este mundo duro”. 
A veces ya te dicen de entrada: “Las que me hizo tu padre desde que naciste”. 
Es lógico entonces haber construido una personalidad sufriente, amargada, caer enredado en todas esas trampas de la ignorancia adquirida.
Sai Baba enseña que la autoestima real no es el orgullo, sino la comprensión de quiénes somos. 
Hay que hacer el esfuerzo de recordar a cada momento no solamente que tu naciste para ser feliz, para expresar tu amor y tus talentos, sino también que cada vez que lo hagas te va ir muy bien en la vida. 
Llámalo como quieras: karma, retribución, la vieja historia de que el que siembra cosecha… 
Cada vez que tu ayudes, nada te va a faltar; cada vez que tú te rías, no de los demás sino con los demás, el mundo se va a reír a tu lado.

RE-PROGRAMARNOS


Los cuidadores primarios, con sus palabras, creencias, mandatos, ideas, fueron construyendo la personalidad que tenemos hoy en día. 
La información que recibimos en el primer septenio de vida, determinó nuestra personalidad más definida.
Siendo adultos conscientes, podemos modificar muchas creencias y actitudes que absorbimos siendo pequeños y que sentimos que ya no nos sirven o que opacan nuestra luz y no nos permite ser quienes somos.
¿Cómo hacerlo? Siendo observadores de lo que pensamos, de la manera en que nos relacionamos con los demás, de las actividades que realizamos, etc. 
Entrar en contacto con uno mismo, y saber qué es lo que uno quiere y que cosas elegimos descartar, es el mejor camino para avanzar y no seguir haciendo mecánicamente lo que ya no preferimos.
Siempre tendemos a repetir una y otra vez las primeras experiencias que hemos conocido. 
Cuando, de chicos, vivimos ciertas situaciones, la respuesta a esos hechos, o la información que el mundo nos dio sobre ellos, queda plasmada en la memoria, sin haber sido procesada con comprensión e inteligencia, y es repetida durante toda una vida.
Es hora de dejar esa información que vino de afuera, e indagar en nuestro interior donde hay una fuente de sabiduría natural que puede generar a diario nuevas respuestas, audaces, bellas, imaginativas, verdaderamente creativas y sanadoras, que eliminarían con rapidez todos los comportamientos del pasado que venimos reiterando.
La manera de ser amorosa que los cuidadores primarios tengan con sus niños, es fundamental para crear personas sanas, con alta estima y fuertes.
Las palabras que le decimos a los chicos tendientes a reconocerse como seres valiosos, capaces, hermosos, va a construir individuos con personalidades en equilibrio con su ser interno más elevado.
Las palabras cargadas de negatividad, de críticas destructivas, el señalar los errores y no las capacidades o los talentos, generan individuos con baja estima y tendientes a depender de otros para sentirse plenos.

LOS NIÑOS NOS ESCUCHAN

Está comprobado que lo que el niño escucha en palabras y actitudes en su primer septenio, define su personalidad, sus creencias y actitudes de adulto.
Si eliges creer que no vales, que la vida nunca será buena contigo y que jamás conseguirás nada de lo que quieres, puede que el Universo te responda manifestando en tu vida esas creencias.
En el momento en que empieces a cambiar tus pensamientos, tus palabras y acciones, en el momento que estés dispuesto a atraer el bien a tu vida, el Universo te responderá en consecuencia.
Es muy cómodo el papel de víctima, ya que así siempre cualquier cosa es culpa de otra persona. 
Tenemos que hacernos cargo de lo que pensamos, de lo que decimos y hacemos, porque todo eso que damos, nos volverá y el tiempo de delegar la responsabilidad y las culpas a alguien externo, ya no va más.



Extraído de facebook la página Amor incondicional.
Gracias por compartir.




Isabel y Ángel

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