martes, 15 de abril de 2014

La increíble educación en Finlandia.



Algunas cosas  que nunca nos dijeron sobre la "increible" educación en Finlandia.

El sistema educativo finlandés se ha hecho famoso en el mundo gracias a las pruebas PISA. Estas pruebas se comenzaron a realizar en 2000 y consisten en examinar a miles de estudiantes en todo el mundo y probar sus conocimientos en matemáticas, en comprensión lectora y en ciencia. Los finlandeses casi siempre están los primeros. ¿A qué se debe?
Cuando los expertos metieron la nariz, se quedaron aún más sorprendidos: los niños finlandeses entran a la escuela cuando cumplen 7 años, mucho más tarde que en resto del mundo. Están menos horas en clase, cada 45 minutos tienen recreo, les imponen menos deberes y las vacaciones de verano duran tres meses (en España, dos).
Pero lo mejor son los profesores. En 1979 fueron equiparados a médicos y abogados, gracias a un título universitario de cinco años. También pueden acceder a un máster de educación. Además, cada año pasan por cursos de actualización de técnicas de enseñanza. 10 días para los de Enseñanza Básica. 20 días para los de Enseñanza Superior.
Cada profesor tiene autonomía para enseñar el programa como le da la  gana. Los profesores no son supervisados por ningún organismo ministerial. Dan 20 horas de clase a la semana, y preparan las clases con otras 20 horas semanales.
Los profesores no dividen a los alumnos entre más o menos listos. Los profesores se encargan de mejorar el rendimiento de los rezagados. Los profesores tienen toda la autoridad en clase. A los profesores no se les tutea. El alumno conoce muy bien cuáles son sus deberes. La relación entre el profesor y el alumno es cordial.
Y claro, la educación es gratuita. Los libros y la higiene dental también. Y si los niños viven a más de 5 kilómetros de la escuela, el municipio corre con el transporte.
El resultado es que Finlandia tiene los alumnos con mejores resultados en las evaluaciones internacionales.
Cada año, unas 6.600 personas presentan sus solicitudes para las 600 plazas de maestro en el sistema educativo.
Con  62.000 profesores en 3.500 escuelas públicas, Finlandia tiene un sistema que selecciona a sus maestros entre los mejores titulados universitarios con el máster en Educación. Ahora son los maestros más famosos del mundo gracias a los resultados de sus alumnos en las evaluaciones PISA.
Pero hay algo que casi todo el mundo olvida. ¿Qué hacen los niños hasta que cumplen los 7 años? Aquí vienen las sorpresas.
Los niños están en guarderías privadas. Es el llamado sistema pre-escolar. No es obligatorio, pero se sabe que el 60% de los niños asisten a estas escuelas. Allí, todos los niños se someten al programa nacional de educación preescolar. ¿En qué consiste?
Según la web del ministerio finlandés de Educación, los niños hacen esto:
-Lenguaje: se enseña a los niños a expresar sus sentimientos, opiniones, esperanzas y pensamientos de la mejor forma verbal posible. Se les dan las bases necesarias para la lectura y empiezan a leer.
-Matemáticas: se les enseña a entender conceptos abstractos, y a clasificar, comparar y hacer operaciones. También se les enseña a concentrarse en las operaciones, y a aprender a observar su propia lógica.
-Ética y religión. Como existe libertad de conciencia, pueden escoger religión o ética. Se les expone a simulaciones de rol para que aprendan a desarrollar su pensamiento de valores. Se les estimula la autoestima. Se les imparten nociones básicas en filosofía.
-Medioambiente y naturaleza: se les enseña a conocer las consecuencias de sus acciones en el medio ambiente. Se les estimula para que hagan preguntas y encuentren las respuestas.
-Salud: se les orienta para que cuiden de su propia salud con acciones responsables e higiénicas.
-Arte y cultura: se les estimula la imaginación como parte de su aprendizaje cognitivo. Se les familiariza con los medios de comunicación.
-Lenguas: inmersión en las lenguas nacionales (finés  y sueco), y bases para la formación bilingüe en un idioma extranjero, que suele ser el inglés.
La educación preescolar no es gratuita. Los padres finlandeses pagan casi 300 euros al mes por niño y guardería. Pero si su renta es baja, el municipio les ayuda a esta pre-escolarización.
Los profesores finlandeses reconocen que gran parte del éxito de sus escuelas se debe a lo que pasa antes de que entren en la escuela. Al preescolar. En este caso, los maestros o las educadoras no tienen títulos universitarios y desde luego, no ganan lo que gana un profesor que ha pasado por la universidad.
Pero el preescolar les da una sólida formación en lengua, matemáticas, socialización y valores, lo cual explica en buena parte el milagro del sistema educativo finlandés.

Muchos pedagogos piensan que la personalidad de los seres humanos y los valores se forman antes de los 7-8 años, incluso, la facilidad para absorber idiomas y ser bilingüe. Justo los años del preescolar finlandés.





jueves, 10 de abril de 2014

Sin deberes, sin exámenes, y entre los mejores de PISA






Sin deberes, sin exámenes, y entre los mejores de PISA


El mal lugar en que deja a los alumnos españoles el Informe PISA sobre resolución de problemas de la vida diaria ha puesto en entredicho el actual sistema de enseñanza. ¿Anticuado? ¿Demasiado memorístico? ¿Demasiado dependiente del manual de texto? ¿Se debería potenciar en el alumno la curiosidad por aprender, el interés y la creatividad en el aprendizaje y construir habilidades de pensamiento y razonamiento en los estudiantes?

El Liceo Europeo de Madrid viene aplicando desde hace años una receta pedagógica diferente a la tradicional. De hecho, es uno de los centros españoles que no sólo se salva de los pésimos resultados de PISA, sino que supera con creces la media y la calificación de sus alumnos en la prueba internacional de PISA «ha sido altísima», dice Gonzalo Inclán, director del colegio.

En este centro no hay deberes que llevar a casa por regla general. «A partir de 4º de Primaria les enseñamos a ser responsables con su trabajo y sólo si tienen que entregar uno al final de la semana y no han podido acabarlo en clase, se permite completarlo en casa. Es que los niños ya pasan muchas horas en el colegio –de 9 a 17:00 horas– tiempo más que suficiente para que los alumnos hagan sus trabajos. En Secundaria pueden llevar deberes, pero se advierte al profesor de que al niño no le deben ocupar más de una hora», explica Natalia Inclán, directora educativa del colegio.

Tampoco hay exámenes. Se trata más bien de una evaluación continua del alumno. Y la memorización... «Está prohibida, no aporta nada», añade rotunda Cruz Ezquerra, profesora de Biología.

El niño se convierte en investigador y el profesor en el guía. El centro viene aplicando lo que llaman «enseñanza activa», que no es otra cosa que «aprender haciendo, descubriendo e investigando». «Buscamos el éxito sin que los niños sufran y cada uno va a su ritmo», dice esta profesora con veinte años de experiencia en este centro educativo.

Imaginemos que hoy toca estudiar el universo. «¿Qué sabéis del universo?», preguntaría un profesor del Liceo Europeo a sus alumnos. Después plantearía varias preguntas de investigación a sus alumnos sobre el tema. Y a partir de ese momento ellos se convierten en protagonistas de su propia formación por que son los que tienen que obtener las conclusiones que luego tienen que exponer en clase. El trabajo en equipo es fundamental. Y la tecnología se ha convertido en una herramienta básica. «Es parte de su vida y todas las prácticas integran la tecnología», añade Juan Sanz, director técnico de Bachillerato.

En el centro no se ven libros. Sólo tabletas y pizarras digitales. No hay mochilas abultadas en las perchas y los más pequeños aprenden jugando. El libro es una herramienta más que se puede consultar en la investigación de cada alumno. Al final «cada niño acaba haciendo su propio libro». Los alumnos utilizan Ipad la mitad de la jornada escolar; la otra mitad el lápiz y el papel. «Porque también tienen que aprender a escribir y a dibujar».

Hoy toca Lengua en la clase de Fátima, una de las profesoras de 4º de Primaria (9-10 años). El ejercicio consiste en formar palabras. Así que los alumnos cogen su iPad con asombrosa familiaridad y empiezan a «jugar por parejas a encontrar la mayor cantidad de palabras en dos minutos. Es una especie de «apalabrados». «El objetivo es ampliar el vocabulario, potenciar la creatividad y aprender jugando», dice Fátima. La ortografía se aprende a través de dictados; a escribir, redactando; y a leer, con cuentos.

La flexibilidad es otra de las máximas del centro. «Cada niño tiene su propio ritmo de aprendizaje y nosotros siempre los respetamos». ¿Y qué ocurre si un alumno se queda rezagado? «Se le intenta apoyar de manera personalizada, resaltando los logros que ha obtenido hasta ese momento y tratamos de animarle y ayudarle hasta que logre el objetivo que tiene que alcanzar. Esto ocurre con niños más desorganizados, por el método que utilizamos, pero tenemos muy claro que no hay que presionar al alumno. Lo cierto es que todos tienen que alcanzar unos mínimos y, a veces, los niños acaban sabiendo mucho más de lo que se les pide», dicen desde la dirección del centro.

«El otro día vino una madre a verme y se lamentaba de que su hijo no hacía nada bien. Eso en este centro no es posible. Partimos de la base de que todos hacemos algo bien y eso lo potenciamos al máximo para que el alumno tenga buena imagen de sí mismo y logre la seguridad que necesita para conseguir sus objetivos. Eso lo conjugamos con un clima afectivo, de valores morales y de buen comportamiento», recalca Natalia Inclán.

El centro, que ha sido elegido como ejemplo de buenas prácticas para exponer su modelo en el congreso organizado por el Ministerio de Educación hace unos días con motivo del informe Pisa, está convencido de que su modelo funciona y está especialmente orientado a buscar las destrezas necesarias en el alumno que le ayuden no sólo a adquirir conocimientos, también a aplicarlos y a resolver problemas de la vida diaria como los que planteaba el examen de Pisa. «Nuestros alumnos han obtenido muy buenos resultados porque les hemos enfrentados a situaciones desconocidas muchas veces. Están acostumbrados a verse en esta situación y a no tener miedo. Les obligamos a pensar y a buscar soluciones».

En el Liceo Europeo no tiene cabida un profesor que suspende a la mayoría de la clase porque sería considerado un mal profesor. Hay 117 profesores para educar a 1.203 alumnos (una media de un docente por cada diez alumnos). Eso sí, los profesores reciben continuos cursos de formación y «cuando llegas, cambiar el chip sobre el método de enseñanza tradicional, cuesta. Y mucho».

Rocío Ruiz, 


Extraído de: http://www.larazon.es/detalle_movil/noticias/6037342/sin-deberes-sin-examenes-y-entre-los-mejores-de-pisa#.U0Wxuqh_u_i

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...