lunes, 10 de noviembre de 2014

20 herramientas alternativas al castigo.


Cuando un límite es transgredido, evita el castigo. No se aprende nada cuando los niños son lastimados o humillados. Deja atrás la idea de que para hacer que los niños aprendan de sus actos, primero deberás hacer que paguen por ellos. Las herramientas que te presento a continuación son ideas alternativas que tú como papá, mamá, o cuidador, podrás tomar para educar a tu hijo(a) o a un niño(a).
Ten presente que cada individuo y familia son únicos, es por eso que deberás escoger aquellas herramientas que sean funcionales de acuerdo a ello.
1. Haz preguntas: ¿Qué pasó?; ¿Y ahora, cómo lo resolverás?; ¿Qué crees que ocasionó que pasara?; ¿Qué aprendiste de esto? Es probable que las primeras veces que implementes esta herramienta, tus hijos contesten “no sé” porque están desconcertados sobre la nueva forma en que actúas cuando ellos sobrepasan un límite, entonces, si te contesta “no sé” tú simplemente dile: “eres bueno(a) resolviendo problemas, ¿porqué no lo piensas un momento y luego retomamos para que me cuentes tus conclusiones?”.
2. Evita las luchas de poder. Cuando tu hijo esté en negación y no te haga caso, evita entrar en lucha de poderes para tratar de obligarlo porque esto puede ser muy desgastante y un círculo visicioso. En muchas ocasiones es muy efectivo decirle lo que tú harás en lugar de obstinarse en que él cumpla una orden en ese mismo instante, por ejemplo: “Lavaré solo la ropa que esté en el cesto”, ó “Si no juntas tus juguetes luego de jugar con ellos, como quedamos, lo recogeré yo y quedarán guardados por un día”.
3. Expresa cómo te sientes: “Estoy muy molesta(o) por lo que acabas de hacer y me gustaría contar con tu ayuda para solucionarlo”.
4. Confía en que tu hijo(a) sea quien es diciendo: “Estoy seguro(a) que puedes pensar en una solución útil, confío en ti”.
5. Motiva el respeto diciéndole a tu hijo(a): “Sé que puedes decir lo mismo de una manera respetuosa, no responderé a esos modos”.
6. Aplica tiempo fuera positivo diciendo: “Estoy muy enojada(o) con lo que acabas de hacer, pero como me importas, esperaremos a que podamos calmarnos ambos para ser respetuosos y continuar con esta conversación.
7. Actúe sin hablar: Simplemente tome la mano del niño(a) y muéstrele lo que debe hacer.
8. Utilice frases amables y firmes a la vez: “Es momento de subirnos al auto, jugaremos a lo que tú quieres más tarde”.
9. Cuando el niño está en pleno berrinche (fuera de casa), lo tomas de la mano (o en brazos) y le dices:“Es necesario irnos ahora, lo intentaremos otro día”.
10. Aplica la consecuencia lógica que se haya acordado en la junta familiar: Habla previamente con tus hijos y diles qué pasará si una regla no se cumple para que esté prevenido y sepa que sus elecciones tienen consecuencias.
11. Re-dirige la conducta: Los niño(a)s (y todos los individuos), están más dispuestos a reflexionar sobre sus actos cuando sus padres (u otras personas), les dan la posibilidad de intentarlo nuevamente en lugar de humillarlos por lo que hicieron. Así que si tu hijo hace algo que te disgusta, invítalo a hacer algo útil para la familia como una forma de recuperarse de su error.
12. Sé un ejemplo congruente: Si lo que estás tratando de pedirle a tu hijo(a) es que se calme y reconsidere sus acciones, no podrás hacerlo desde el enojo o la ira que sientes por lo que él/ella hizo. Deberás primero poder calmarte tú y pensar para saber que le dirás o cómo actuarás.
13. Aplica la fórmula: “privilegio = responsabilidad / falta de responsabilidad = pérdida de privilegio”.Tener cosas que nos alegran o facilitan la vida es un privilegio, la responsabilidad que acompaña a ese privilegio es cuidarlas.
14. Juntas Familiares: Cuando un límite sea transgredido una y otra vez, en lugar de caer en cantaletas del tipo “pero lo hemos hablado cien veces”, retoma el asunto para discutirlo en junta familiar y entre todos elaboren una alternativa más efectiva.
15. Considera los comportamientos desafiantes como oportunidades para adquirir habilidades de vida:Por ejemplo, después de un berrinche ya en la etapa de calma, invita a tu hijo a platicar sobre lo sucedido, enséñales cuáles son las formas correctas de hacer o pedir las cosas. Conforme vaya creciendo, irá incorporando estos aprendizajes.
16. Ayúdalo a identificar sus emociones: Expresar lo que pensamos y sentimos no es cosa fácil. Ni siquiera muchos adultos pueden hacerlo. Crea una cartulina con caritas (emoticons) con expresiones básicas como alegría, tristeza, enojo, miedo, asombro, etc. y enseña a tu hijo sobre esas emociones. Dile que cuando no pueda decirte como se siente, puede recurrir a la cartulina para señalártelo.
17. Usa cuentos y juegos para entrar en su mundo. El juego y los cuentos son primordiales en la infancia y un excelente camino para educar. Adquiere libros que fomenten valores, que hablen de hábitos y situaciones de la vida cotidiana que pudiera vivir tu hijo y léelos con él/ella. En algún momento que vivas una situación relatada en alguno de los cuentos, recurre a esa información como auxiliar en el problema.
18. Entrena y da seguimiento: Nadie nace sabiendo, por tanto, si queremos que nuestros hijos sean cooperadores y hagan las cosas que les pedimos, en necesario tomar el tiempo previo para entrenarlos y explicarles los procedimientos. Jugando también se puede enseñar, no olvides que el aprendizaje se adquiere mejor si está relacionado a una experiencia positiva.
19. Conecta con tu hijo(a): Nunca olvides que el arma más poderosa para evitar el mal comportamiento es darle a tu hijo(a) el mensaje de amor. Asegúrate de hacerle saber que es importante y valioso(a). Como dijo el Dr. Dreikurs: “Un niño mal portado es un niño desalentado” Alienta a tu hijo(a) con amor y conéctalo a tu familia.
20. Sigue la regla de oro de la crianza respetuosa: Ponte en el lugar del niño y trátalo cómo te gustaría ser tratado en la misma situación.
Por Carla Herrera



4 Libros: Educar para ser. Aprender a vivir con niñ@s. Calidad de vida. Libertad y límites, amor y respeto.






EDUCAR PARA SER. Vivencias de una escuela activa. De Rebeca Wild
Fruto de un innovador proyecto educativo, vivido en el seno de la familia y de la comunidad, esta obra explica a las familias y maestr@s cómo crear un ambiente en el que los niños permanezcan llenos de curiosidad y crezcan seguros de sí mism@s y de su entorno. Permitiéndoles que experimenten el mundo y lo transformen de un modo que tenga sentido para ell@s,  y donde el adult@ se compromete a un aprendizaje continuo, adaptable a las necesidades de la infancia, para satisfacerlas en la medida de lo posible. En lugar de imponer un plan educativo fijo y obligatorio para tod@s, la «escuela activa» valora el cuidado sistemático de procesos de aprendizaje capaces de renovarse.



 Calidad de Vida. De Rebeca Wild
Veinte años después de publicarse el libro Educar para ser, Rebeca Wild expone su innovador enfoque pedagógico desde una perspectiva enriquecida por las experiencias y los estudios que ha desarrollado desde entonces. La pedagogía de Wild se basa en el respeto por la individualidad y el plan interno de desarrollo de los niñ@s y adolescentes y tiene como finalidad una especie de “autopoiesis”, facilitarles un entorno apropiado para educarse a sí mismos.
Este concepto ha sido creado y desarrollado durante largos años de trabajo y práctica diaria en el Pesta, la escuela que Rebeca Wild y su marido fundaron en Ecuador en 1977, y que entretanto ha despertado un enorme interés en el mundo entero. Hoy en día, la primera generación de niños educados en el Pesta ya ha llegado a la adultez y es el ejemplo más elocuente del gran éxito de este original proyecto de educación activa.
Este último consiste en ofrecer a l@s niñ@s y adolescentes un ambiente en el cual puedan desarrollar sus propias actividades, que les permita moverse con libertad y escoger entre una gran cantidad de materiales, guiados por sus necesidades interiores en sus respectivas etapas de maduración, y en intercambio con su entorno. Se forman con más facilidad, más dedicación, seguramente con más alegría; asimilan que han de tener iniciativa y tomar decisiones, aunque conduzcan a errores; en definitiva, aprenden a asumir responsabilidades y también dificultades confiando en sí mismo.
Rebeca Wild sitúa su enfoque en un contexto teórico que hace referencia a autores como Montessori, Piaget, Ditfurth, Illich, Freinet, de Waal, Neil y Maturana. Esta cimentación científica ilustra las bases de su propio concepto pedagógico, que contribuye a un cambio de conciencia en el trato con niños al abogar por una educación que les permite evolucionar en correspondencia con su verdadera naturaleza humana y experimentar lo que la autora conviene a llamar “Calidad de vida”.
Autora: Rebeca Wild, nacida en 1939 en Alemania, estudió Filología Germánica, Pedagogía Musical y Pedagogía de Montessori en Múnich, Nueva York y Puerto Rico. Reside desde 1961 en Ecuador, donde en 1977 fundó junto a su marido el Pesta, un novedoso centro para preescolares, escolares y adultos, que entretanto se ha visto ampliado por un tipo particular de economía alternativa.
De interés: Para pedagog@s y estudiantes de pedagogía, maestr@s, profesionales de guarderías, parvularios, etc. público en general, familias interesad@s en temas de educación y formas alternativas de vida.



Libertad y límites, amor y respeto. Rebeca Wild
Este libro es una verdadera obra de arte, un regalo que recomiendo para todas las familias. Llegó a mí poco después de finalizar los Estudios de magisterio y es uno de mis preferidos, no solo el gran valor que contienen sus páginas, sino por la gran admiración que siento hacia todo el equipo formado por Mauricio y Rebecca Wild y su proyecto de educación respetuosa desde la mirada de la ecología profunda, el cual dio paso a las primeras comunidades de aprendizaje en Ecuador.
Rebecca nos muestra que todas las realidades tienen sus límites. No percibir los límites o menospreciarlos conlleva problemas emocionales, físicos o psicológicos. Por ejemplo, los límites espaciales, actualmente sabemos que un entorno relajado ayuda al organismo humano a crecer en un ambiente que se adapta a sus necesidades auténticas viscerales e instintivas. En la actualidad, existen pocos lugares adaptados a las verdaderas necesidades de l@s niñ@s, mucho cemento, edificios, centros comerciales y videojuegos, incluso en las escuelas les enseñamos a a adaptarse, más que a desarrollarse integralmente, o a descubrirse como persona.
Realmente hay mucho por hacer… Cuidar un espacio en el los niñ@s puedan actuar con independencia y libertad, forma parte del poder entender l@s límites. Podemos verlos como si fuesen, las paredes de nuestros hogares, en realidad más que perjudicar, consiguen que te sientas seguro. Al igual que los animales dentro de sus nidos o territorios, en ellos las criaturas pueden descubrir el medio con total libertad. Mientras l@s adult@s observan y respetan sus procesos de desarrollo.
Hoy día muchas familias, encuentran dificultades a la hora de reconocer su importancia. Sobre todo si venimos de un ambiente con exceso de ellos y donde no se tenía en cuenta nuestras necesidades como niñ@s. Los límites nos ayudan a reconocernos como seres individuales y a su vez a ser conscientes del entorno en el que vivimos. Durante el desarrollo infantil l@s niñ@s agradecen los límites, les ayudan a situarse, a reconocerse, evitan daños más graves. Sirven de base para estructurar la consciencia personal, nuestro yo, como individuo y la de l@s otr@s, la consciencia de que no estoy solo, la consciencia transpersonal. Los límites en la familia nos acercan a la libertad, la libertad basada en el respeto de la libertad de tod@s los seres de un ecosistema o comunidad. Con forme vamos creciendo los límites siguen formando parte de nuestra vida, poco a poco gracias a ellos, seremos capaces de reconocer los nuestros propios y gracias a ell@s, aquellos aspectos que podemos mejorar….
Para realizar cambios, necesito ponerme mis propios límites, de esta forma nace la autodisciplina: la capacidad para reconocer, actuar y responsabilizarse de las propias acciones. En mi experiencia personal he aprendido que los límites son vitales y necesarios, me han servido de herramienta y gracias a ellos he podido iniciar el propio camino al auto-descubrimiento interior.



Aprender a vivir con niñ@s. De Rebeca Wild
L@s niños tienen la habilidad de cuestionar incesantemente nuestro pensar y sentir estático, nuestras actitudes, basadas en el pensamiento de que “las cosas y las personas son como son, y yo soy como soy”. Ante los graves problemas que afectan al mundo, cada vez son más los individuos y los grupos que se aventuran a construir nuevas relaciones humanas no caracterizadas por estructuras de dominio, y nuevos entornos más propicios para llevar a la práctica este ideal.
Aprender a vivir con niñ@s da testimonio del sinnúmero de preguntas que surgen cuando, en la educación de l@s niñ@s, se toma este camino diferente y cambia la perspectiva de l@s adult@s. – ¿Nos fijamos con suficiente atención en cómo son los niñ@s en realidad, o preferimos moldearlos según nuestras necesidades, nuestra apreciación del tiempo, nuestro ritmo de vida, nuestros ideales y frustraciones? Entre aspirar a resolver todos los problemas del niñ@ o renunciar a ofrecerle referentes y pautas, se encuentra el territorio donde se dan los auténticos procesos de desarrollo. Este libro es una invitación a ocupar este espacio revisando nuestras prácticas y actitudes y descubriendo que niñ@s y adult@s pueden crecer junt@s.
De interés para familias y educadores, maestr@s, acompañantes, profesores y estudiantes de Ciencias de la Educación, bibliotecas públicas y escolares, responsables públicos y privados de la educación.

Aquí os lo podéis descargar, gracias a Saltamontesasul



Espero que os gusten.

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