A la piscina con el bebé.
Cómo elegirla, cuándo llevarle
La piscina donde tu bebé vaya a aprender a nadar debe cumplir una serie de requisitos. Veamos los más importantes.
Cuándo empezar.
Podrás comenzar las clases en la piscina con tu bebé casi desde que nace, aunque también es cierto que lo habitual es que las escuelas de natación ofrezcan los cursos para bebés desde los 6 meses de edad. A partir de entonces y acompañado de alguno de los padres, los niños pueden realizar matronatación hasta el año o año y medio y, a continuación, iniciar la natación con un monitor especializado. Y en esta primera etapa, tenlo claro, no aprenderá a nadar. Eso no ocurrirá hasta que cumpla los 4-5 años, que tendrá la madurez y el desarrollo suficiente como para empezar a practicar los distintos estilos. El propósito es que se diviertan, que adquieran autonomía en el agua y realicen movimientos básicos como mover brazos y piernas, salpicar. Y aunque estos meses del año son en los que más afluencia de “pequeño público” registran las piscinas –los papás llevan al niño a las clases por la cercanía del verano–, lo cierto es que cualquier época es buena.
Cómo ha de ser la piscina
• La temperatura del agua debe oscilar entre 31 y 32 grados.
• El nivel de cloración tiene que ser bajo para que no dañe ni su piel ni sus ojos, entre 0,5 a 0,6 por ciento.
• Tanto la zona de la piscina como la de los vestuarios debe estar climatizada y cumplir con las medidas de higiene.
• Lo ideal es que haya un máximo 8 bebés por clase en una clase de matronatación. Si hay más niños, debería haber 2 monitores para garantizar su seguridad.
• La duración de las clases para bebés suele ser de 15-20 minutos, y más adelante, a partir de los 3 años, se puede alargar a 30-40 minutos.
• Una profundidad en torno a 1,40-1,50 m será la ideal para esa primera etapa. Las poco profundas, dedicadas a los bebés, favorecen el aprendizaje y el juego. Las piscinas profundas de 1,70m facilitan el buceo, los saltos…, pero requieren más vigilancia. Las mixtas son ideales para niños de entre 3 y 5 años, ya que les aporta seguridad.
Con qué objetivo
• De 2 años en adelante: puedes apuntarle a la piscina con un fin utilitario (aprendizaje intensivo).
• A partir de los 5-6 años: se pueden plantear clases para que el niño se prepare para la competición.
• Si buscas un fin recreativo, ten en cuenta que éste no tiene edad.
Con qué frecuencia
Según el objetivo, ésta será la frecuencia con la que tu hijo tendrá que acudir a la piscina:
• 1-3 sesiones por semana: utilitario, educativo, higiénico y recreativo.
• 3-5 sesiones por semana: recreativo o competitivo.
Asesoramiento: Javier Díez, monitor de natación del Colegio de Natación Delfín, de Madrid.
Raquel Burgos
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