domingo, 30 de mayo de 2010

Ser un buen padre (primera parte)







Ser un buen padre.

Ser padre supone una aventura extraordinaria pero también un gran reto. Los papás quieren dar confianza, seguridad y amor a sus hijos, permitirles desarrollarse plenamente y felices, pero a veces pueden caer en errores o no desarrollar actividades y estrategias que les van a ayudar a ser un buen padre.


Pasar tiempo con los niños

Pasar tiempo con los niños es enormemente importante. Aunque el trabajo y las tareas del hogar nos dejen tiempo libre este, prioritariamente, es bueno pasarlo con nuestros hijos. La infancia no va a volver y saber que nuestro padre disfruta de nuestra compañía nos da una enorme seguridad en la familia.

 
Por supuesto podemos encontrar momentos para el ocio, pero de verdad, ocuparlo disfrutando de los niños nos enriquece y también proporciona un clima de confianza que los niños reproducen, sintiéndose muy importantes para nosotros y sabiendo que nos hace felices su compañía. Hay muchas actividades que no son compatibles con los niños, como deportes arriesgados o salidas nocturnas, pero muchas cosas placenteras se pueden adaptar a ellos. Es el momento de los paseos, recuperar los juegos de la infancia, la bicicleta, el campo… de verdad que aburriros no os vais a aburrir.

 
El tiempo pasa muy deprisa y no hay vuelta atrás. Todo lo que no compartáis con vuestros hijos de niños no volverá. Las oportunidades perdidas no se recuperan y la infancia de vuestros hijos es ahora. Vividla.


El trabajo en el hogar

Si os han educado de manera en que las mujeres son las que llevan el peso del cuidado de los niños y de la casa, es hora de cambiar. Incluso si la mamá se queda en casa para atender a los pequeños eso no va a querer decir que ella deba ser la única encargada de las tareas domésticas. Si ambos trabajáis, la casa hay que hacerla entre los dos, y si hay un bebé en casa al que la madre amamanta o atiende preferentemente, pues no está de más asumir alguna tarea adicional para que ella esté en la mejor condición para cuidar al pequeño.


No hay trabajo más duro que cuidar un bebé o varios niños día y noche, en serio, si no os lo creéis intentadlo. Uno termina agotado física y emocionalmente, sobre todo si se desvive por proporcionar atenciones adecuadas a los pequeños y estar siempre disponible para ellos como necesitan.


Así que al volver a casa es hora de tomar el relevo. El trabajo del cuidado de los niños es cansado y además, es el más importante del mundo. Que la mamá esté lo más descansada posible y de buen ánimo puede depender de la ayuda de su pareja y desde luego, si ella está fuerte y feliz vuestros hijos van a ganar mucho con ello. Responsabilidad de papá es, por tanto, procurar que la cuidadora principal, que suele ser la mamá, esté en buenas condiciones.


Tras un día entero con los niños ella puede estar deseando que aparezcas por la puerta para darse una ducha o estar un rato tranquila. Es tu turno. La hora del baño y la cena es caótica, es tu turno. Al terminar la jornada quedan cosas desordenadas y la cocina sucia, es tu turno. ¿Parece duro? Lo puede ser, pero también es un esfuerzo muy satisfactorio porque redunda en la felicidad de la familia.


Ser un buen padre es respetar a la madre

La madre de vuestros hijos merece ser tratada con absoluto respeto. Pase lo que pase. Si sois pareja, demuéstrale amor sincero, nada de infantiles reproches porque te desatiende. Hay papás que añoran el noviazgo y la dedicación de la compañera, pero ahora siempre estarán los niños primero, sobre todo cuando son bebés. Es hora de madurar, vuestra compañera no es vuestra madre ni puede daros los cuidados que quizá no os dieron.


Tampoco es el momento de encapricharos con comprar cosas que descabalen el presupuesto o con actividades, viajes y diversiones incompatibles con la crianza o que excluyan a los niños.


Si ella es especialmente apegada a su hijo, si vive la maternidad con amorosa entrega, disipad los celos. A veces esconden al niño al que no le dieron tanto amor como el que vuestro hijo recibe. Pero eso no es motivo de celos, es motivo de orgullo. Vuestro hijo tiene la mejor madre del mundo y vosotros tenéis la suerte de estar a su lado. ¿No es maravilloso? Disfrutadlo, aunque al principio os dejen un poco fuera de su mundo amoroso, es normal y natural. Vuestro papel es el de sostenerlos y cuidarlos, no el de enfurruñaros si no os hacen tanto caso como querríais. Demostrad el amor con actos.


Llegará un día en el que el niño vaya buscando también al padre, pero sin forzarlo, porque los vínculos verdaderos nacen de la libertad. Estad disponibles, pero no presionando.


El sexo en la pareja

En esos primeros tiempos vuestra pareja puede no ser muy receptiva a las relaciones sexuales, entendedlo. Todo su cuerpo está centrado en el bebé. Estará muy cansada, habrá dormido poco y además, las hormonas y la mente la tienen en otro universo a veces. Respetad ese proceso normal, sin reproches ni comentarios que puedan hacerla sentir presionada o triste. No intentéis que acceda por no disgustaros, seguro que podéis imaginar que es una sensación que nadie quiere vivir. Os ama seguro, aunque el deseo esté adormilado por un tiempo.


Hay muchas formas de despertar el deseo o de hacerlo vivir sin relaciones sexuales completas. La mujer, especialmente ahora que está cansada y emotivamente revolucionada, necesita dedicación, mimos, cariño, palabras agradables, detalles. La ternura y las caricias, los masajes y los abrazos son ahora mucho más importantes que nunca, incluso si no hay nada más por un tiempo, disfrutadlo, porque reforzará la relación entre vosotros. Sin poneros una fecha, todo llegará.


Padres separados

Tratadla bien siempre, habladle con cariño y respeto, sin gritos ni malos modos. Le estáis dando a vuestros hijos el ejemplo de cómo se deben tratar las personas, sobre todo a las personas a las que amamos y con las que vivimos. Eso lo van a reproducir toda su vida.


Incluso si no sois pareja hay que aprender a llevarse bien, ser amables, cariñosos y educados. No pelear ni discutir delante de los niños y manejar las diferencias con respeto. La madre de vuestro hijo siempre va a estar en vuestra vida de una manera u otra, pero sobre todo, siempre va a ser una figura importantísima en su vida. Si ella está en tensión, preocupada o triste el niño lo va a sentir y le va a afectar, así que sigue siendo nuestra responsabilidad, aunque no estemos juntos, ayudar a que ella pueda desarrollar una maternidad feliz. Sobre todo, de nuevo, vamos a enseñar con el ejemplo, a nuestros hijos, como se comportan las personas a pesar de la separación o los conflictos, con respeto y responsabilidad.


Conclusión

Todas estas estrategias van a poder ayudaros a ser un buen padre y a ser más felices. Nadie dijo que la paternidad eran unas vacaciones en las que desocupar la responsabilidad y descansar. Ser padres es duro a veces, es cansado, es un ejercicio de maduración doloroso, pero os aseguro que vivido así, de forma consciente, va a ser la aventura más hermosa de vuestra vida.


Mireia Long (Bebes y más)

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