miércoles, 2 de octubre de 2013

Si quieres ser encantador/a de niños...




Si quieres ser encantador/a de niños...

Algunas veces me han llamado "La encantadora de niños". Se daban situaciones en que, cuando nadie podía controlar a alguno de los niños revolucionarios, me llamaban a mí y con sólo decirle que se siente, sin ningún tipo de riña, el pequeño revolucionario hacía caso y se sentaba sin más.
Bueno, que quede claro desde ahora mismo que no tengo ninguna varita mágica y tampoco uso la mágia negra (ni de ningún color). Y por supuesto no empleo el miedo.


¿Cuál es el truco entonces? El respeto. Yo respeto a los niños desde lo más profundo de mi ser, no porque haya que hacerlo ni porque quede bonito, sino porque así me nace. Cuando veo un niño veo una persona, algo más bajita y con la cabeza más grande, pero persona en todos los sentidos (y no sólo un proyecto de persona como ven algunos). No me creo superior, no me acerco a ellos para inculcarles mi verdad absoluta, sino para ayudarles a descubrir la suya. No considero minucias ninguna de las cosas que a ellos les preocupan. No doy órdenes, sino que pido las cosas y les explico por qué se las pido. Y ellos me las dan.
Respeto. Si alguien quiere ser respetado, tiene que empezar por respetar. Nuestros pequeños, por queridos que se sientan en su familia, por buenos que sean sus padres, muchas veces se encuentran con que ocupan una posición en la familia diferente a la que ocupan los adultos. A la hora de tomar decisiones su opinión no cuenta, sus argumentos infantiles no son escuchados y en un momento dado escuchan la palabra "cállate" (sobre ésta escribiré un post entero). Hay todo un arsenal de lenguaje no verbal que transmite un mensaje de superioridad por parte de los adultos hacia los niños, un lenguaje involuntario que usan incluso aquellos padres que malcrían a sus hijos hasta convertirlos en tiranos (ojo, respetarles como iguales no significa no poner límites). Y ellos lo perciben, de manera inconsciente o consciente. Entonces su juego consiste en desestabilizar al "superior" para demostrar su poder. Pero cuando no hay nadie superior, no hay que demostrar ningún poder, por lo que ellos responden al respeto con el mismo respeto.


Así pues, mi primer consejo en este blog es: si alguien quiere convertirse en un/a encantador/a de niños, tiene que revisar sus pensamientos inconscientes por si hubiera algún vestigio de sentimiento de superioridad en ellos.
Se deben revisar también los actos preguntándose cada vez: ¿me permitiría actuar así con un adulto? Por ejemplo ¿abriría su bolso (mochila) para sacar de ahí lo que me pareciera? Seguro que no. Y no digo que no haya que tener un control sobre el niño, sino que debe serun control respetuoso. En vez de abrir la mochila sin más, se le puede pedir al niño que saque la agenda (o incluso todo el contendido de la mochila si algún hecho grave nos lleva a la necesidad de revisar este contenido) respetando su espacio y el control sobre SUS cosas. Es cuestión de respeto y dignidad. Cuando revisamos sus cosas sin ninguna participación por su parte, estamos transmitiendo el mensaje "Aquí mando yo, soy superior y tú tienes que someterte a mis normas." En cambio, cuando le hacemos partícipe de ello, cuando le pedimos que saque la agenda, por ejemplo, le estamos transmitiendo un mensaje respetuoso hacia su persona, su privacidad y sus pertenencias. Incluso con niños muy pequeños, cuando sí o sí hay que meter mano a la mochila para limpiarla, se puede hacer de modo que no resulte invasiva simplemente implicándoles en la tarea de limpiar su mochila.
Aparte del respeto obtenido a cambio, con estas actitudes obtenemos otro beneficio para nuestros hijos: sensación de control. No hay nada más empoderante que tener la sensación de control sobre aspectos de nuestra vida. La falta de control, la dependencia de decisiones ajenas, genera dependencia e inseguridad, sentimientos que se prolongarán en el tiempo y probablemente permanecerán en la vida adulta.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...